martes, 8 de septiembre de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

Fuente Mardoqueo, la cumbre

Cuando comencé con esto del blog, muchos de los lectores comenzaron a recomendarme lugares que debían aparecer en esta lista y que eran el mejor, que cómo no lo conocía, etc.. Eso significa lo siguiente:
1. Que escriba este blog no significa que sea un sibarita y pase todo el día en la calle buscando que CCM.
2. Que era buena idea.
3. Que todos tenemos una picada preferida donde períodicamente nos vamos de bajón.
Bueno, el Mardoqueo es el primer lugar de estos al que llego gracias a un sabio consejo. Claro, los cabros son de Quinta Normal de toda la vida y se manejan como el mejor en todo lo que es Santiago Poniente. Asi que parto por los agradecimientos a Sam y Cholo, buen dato cabros.

Pero esta historia parte antes. Mi amigo de USA, Carl, estuvo viviendo en Chile hace algunos años y ahora se volvió el perla a seguir estudiando a NY. Me contó que venía a Santiago por unos meses a "investigar para su tesis" y a "ver a los amigos", pero la verdad de todo es que luego de mi tercer posteo se le empezó a hacer agua la boca y cachó que en la gran manzana no se come como en chilito y que algo tienen los gringos que todo lo transforman en plástico. Si uno se fija la buena comida callejera en dólares es la introducida por inmigrantes modernos como los mexicanos, los asiáticos o el conejo y sus maníes. Porque no me vengan con cosas, ese hotdog a capella o a lo mas con ketchup y mostaza fosforescente es una mierda!!!
De hecho, Carl me comentó antes de llegar que también venía otro amigo suyo de la costa oeste, fan del gourmet popular y que creó en LA una campaña para salvar a los "loncheros" de una ordenanza municipal que no les permitía funcionar tranquilos y entregar sus ricos tacos a los gringos locos estos. La campaña es grosa y su slogan es "carne asada is not a crime", genial.


Entonces quedamos en juntarnos cuando vinieran y celebrar algo asi como una "cumbre de las picadas" (asi en un español bien agringado), y lo hicimos. Mi apuesta fue Fuente Mardoqueo ya que Carl vivió en el Barrio Brasil, yo no lo conocía y estos gringos menos.
Lamentablemente el hombre de los tacos no puedo llegar -creo que se había quedado encerrado en la jaula del elefante del zoo- asi que fuimos los dos.

Lo primero es que si Libertad fuera de norte a sur, Mardoqueo sería un fracaso. Tiene una puerta muy piola con escazo frente en un rincon de la vereda, yo venía de la Plaza Yungay que esta una cuadra al norte y casi paso de largo. De hecho uno no sabe si es una sandwichería o un colegio...


Una vez dentro, llama la atención lo cuidado del lugar y que la cocina es toda limpia e iluminada. Se nota preocupación desde la llegada y eso es buen augurio. No es que me haya puesto mamita a estas alturas, pero he visto cocinas donde hasta el Epidemia pone cara de "mmm... no sé". Lo segundo es que no hay mesas, si no unos mesones un poco mas altos donde comes parado o en un piso tipo barra. Podríamos decir que se trata del estándar ergonométrico de CCM, que seguramente viene de la tradicional barra donde te sirven con la cocina ahi, a la vista. En fin, había bastante comensal en el lugar, poco ruido y buen olor.


En tercer lugar, pero no por eso menos llamativo, esta el detalle de tremendas colecciones colgadas en los muros. Una es de relojes antiguos y la otra, mas grande, de radios antiguas. No puedo explicarles la relación de las colecciones con los sambolos porque no la hay, es simplemente una choreza del lugar, pero no nos distraigamos, vinimos a comer.
El gringo Carl no dudó en recordar el glorioso churrasco italiano, claro que ya había adquirido algunas buenas mañas chilensis y como si fuera poco le agregó una tierna porción de queso, ídolo. Yo quise probar como andaba la mano con el chacarero mayo y ají incluida, ya que no me zampaba uno hace tiempo.
Debo decir que la carne era de primera y el pan bueno muy bueno, y que si no fuera por la falta de luz natural le pondría sobre un 6,5. Tanto Carl como yo salimos caminando despacito del local, tiesos de tanta caloría pero felices.
El servicio es rápido, te piden el nombre y se retira directo del mesón de despacho, también hay un par de meseras por ahi que vigilan que nadie tenga sed ni se mande un perro muerto y pase piola con las 4 lucas promedio del ágape. En vez de eso, a mi se me quedaron el celular y la cámara y volví como a los 15' a buscarlos. La niña de la caja hasta se acordaba de mi y me tenía todo guardado, buena onda.
Ya de vuelta a la pega pasé por la Plaza Yungay, la plaza del Roto Chileno, y pensé de nuevo en esos pobres gringos que no saben lo que es un italiano, un chaca, una chorrillana o una empanada, y que hacerle la pelea al imperialismo también es pelearle a lo desabrido y lo fome. Pensé en el roto chileno que aunque no tenga niuno siempre habrá alguien que lo invite al Mardoqueo o a cualquier picada donde triunfe el sabor, el color, la palta, el tomate y la mayo.

El capítulo de Bourdain en Chile salío hace unas semanas y le cargó el churrasco italiano -uy, tanta mayo! dijo- asi que ya que mejor se vaya a comer insectos a Cambodia o sashimi al Soho. Carl, en cambio, podrá volver a NY y contar que en Chile el pan es el mejor, que un sambolo acá es una experiencia inolvidable y que Yungay es mas sabroso que Wall Street.

viernes, 5 de junio de 2009

El Rey del Lomito, oh si!

Antes que todo les digo que la demora de un mes no es porque no haya comido nada con la mano en este tiempo, todo lo contrario, lo que pasa es que mi cámara de fotos había cooperado. Aclarado el punto, vamos a lo nuestro.

Afortunadamente una de las gracias mas notables de mi barrio es la gran cantidad de picadas y boliches donde podemos prescindir de cuchillo y tenedor, entre ellos se destaca un local que no sólo esta en la memoria mía y de mis vecinos, si no que además es un referente a nivel metropolitano y porque no decirlo, nacional, de todo lo que es CCM. Quién no conoce El Rey del Lomito.


Acá se saborea la tradición mas profunda de lo que un buen patache a mano limpia se trata. "Dicen" que el local existe desde 1965, quizás originalemente para abastecer los estómagos de tanto galeno que trabaja al frente; cuanta escapadita con una enfermera novata, cuánto familiar aburrido esperando en la posta que se arrancó a la esquina a comerse un buen sandwich, cuánto tira pagando el piso...
Realmente se merecen un homenaje mucho mejor que éste, ya que entre tanto sucucho que se las da de "Rey de...", el del Lomito tiene su título noble ganado por historia y porque si uno saca la cuenta asi a la rápida, son mas de 500 mil sambolos salidos de esa cocina. Un banquete que mi mente ni alcanza a imaginar.
Hay mucho que contar del Rey, lo primero es que tiene la carta mas completa que he conocido en cualquier sanguchería. También le hacen al plato y esas tonteras, pero la variedad de sandwichs es única. Además de los clásicos Italiano, Chacarero, Dinámico, etc., hay otras especialidades de la casa como "El Granjero", "El Bárbaro", "El Francés" y mucho mas. Como si fuera poco, las cartas, que deben ser originales de este establecimiento a juzgar por el estado en que se encuentran (las tienen plastificadas), vienen archivadas en una base de madera y las primeras hojas están cada una dedicada a un sambolo, con su ilustración correspondiente y una descripción muy divertida de cada uno de cada uno. Por ejemplo, el "Piolin" se decribe como "pan marraqueta, delicioso pollito, lechuga, tomate y mayonesa (casera, obvio), decorado con huevito de codorniz". Ese último detalle lo traen casi todos y es raro porque no se quien se comerá un huevo de codorniz teniendo tal sandwich en fente, en fin...

Yo me pedí, esta vez, un "Juanito Dedos Verdes". Es como un churrasco italiano con cebolla y porotos verdes (duh). Una delicia verdaderamente que viene en esos panes alargados como la coliza pero que no es, y que déjenme decirles es ideal para CCM.

Cada ejemplar es bastante contundente y viene en fresco pan, y a veces a la salida de los ensayos nos venimos para acá y pedimos dos distintos a medias con el Alvaro, asi cada uno prueba una mitad. Mi compañera de esta ocasión, golosa ella, pidió al capitán del equipo, la estrella del elenco, al jefe, su alteza: "Don Rico Club". Don Rico le lleva ese power trío que eleva al olimpo cualquier bocado: tocino-queso-cebolla. Por eso ni les cuento del resto que trae, pero les aseguro que se trata de un señor sanguche, una jugada osada del maestro sanguchero que sólo trae satisfacciones a la boca... y te deja muerto, colgando de la lona, al borde del ring con mantel.


Estamos hablando de unas 4 lucas pp incluyendo la bebida, tiene una estupenda terraza que da a Alférez Real con Infante y que en verano es un agrado. Si a alguien le tocó un mesero super pesado este último verano, parece que lo echaron y sólo está el otro, que es mas buena onda.

La experiencia vale mucho mas que esas 4 lucas, porque conocer al monarca de CCM no tiene precio. Para mi se trata de un lugar de adoración y peregrinaje al menos una vez al mes, esta a la vuelta de la esquina y me siento un privilegiado por vivir tan cerca. Recomendado 200%.


miércoles, 29 de abril de 2009

VORAZ PIZZA


La verdad es que no soy un fanático de la comida, en serio. No soy de esos que gastan mucho en un buen plato de mantel largo, ni me vuelvo loco con algo comiendo hasta quedar pocho. No, la verdad es que excepto raras ocasiones sólo como hasta la satisfacción, nunca la saciedad. Creo que es porque mi madre nunca fue buena para la cocina (pasando por alto su excelente pastelera), y por eso siempre salvaba el fin de semana, cuando le tocaba cocinar, con empanadas, un bistoco, su huevito a la copa o esa gran idea que hacía del fin de semana algo especial: pizza.
La pizza no fué un plato muy popular hasta la llegada de pizza hut (a mi me llevaron a poco de inaugurarse el primer local en las condes) y la verdad es que si no se conoce la receta de la masa no queda otra que esas prepizzas de supermercado y echarle encima cuanta cosa se pueda picar. En mi opinión esa es una masa muy esponjosa, se dobla al tomarla y hace que CCM sea un desastre. Si la pizza tiene choclo estos rodan por todo el lugar, el queso se acumula en el doblez y eso lo convierte en una amenaza para cualquer alfombra, el tomate sopea todo, no se puede. Al final ni con cubierto es buena.
Por eso creo que la mejor es la pizza a la piedra, a mi me gusta la masita media tostada, crujiente, y que permita sostener tu tajada sin chorrearte los pantalones.
Seguro todos tienen su pizzería favorita, hay unas geniales como Roma en Larraín o Mateo's en Diagonal Oriente, o esas que llevaron el otro día al matrimonio del Camilei en una Caravelle, pero yo tenga la inmensa suerte de vivir a la vuelta de la esquina de VORAZ PIZZA, que esta ahí en esa diagonal que une Rancagua con Bilbao justo pasado los tiras, subiendo, un poco antes de la Copec a mano izquierda.
Tienen un par de mesas afuera con su par de sillas cada una, y al lado se instaló algo asi como voraz sushi, entonces la vereda esta tomando color de a poco y el lugar es agradable, le da el sol en la tarde. En invierno sólo queda esperar dentro, el lugar es chico y hay un meson tipo barra para hacerla corta, porque el calor del horno es tremendo. Tienen unas Extravaganza! y Cañamo para entretenerse mientras esperas la tuya, y un mural onda collage con intersantes motivos.


Pero yo prefiero para llevar. Claro, la pizza tiene la gracia de aparecer como el mejor pretexto para no preparar nada, yo me la como asi, directo de la caja, con una lata mejor aún. Mi favorita del lugar es la "Pollo al Ajillo" con una Canada Dry.


La individual es contundente pero lo justo. Mi estomago ya se adaptó perfecto a la dosis que proponen en Voraz, pero si son de los/las que se comen una familiar pueden quedar cortos.
La pollo al ajillo trae generosos trozos de pollo con todo tipo de colores y viene, obviamente, cargada al ajo. Yo feliz. La variedad de combinaciones que ofrece la carta es interesante, he probado un par mas y todas son buenas, pero la pollo al ajillo es insuperable. Además ofrecen ponerle merquén, oregano y/o parmesano una vez salida del horno, un detalle que se agradece.
La masa es notable, es crujiente y de buen sabor, quemada en los bordes (muy bien) y por supuesto no se dobla al llevarla a la boca. Viene tan bien cortada en 4 que el cuchillo y el tenedor parecen una broma, ya que el trozo sale perfecto.


Hay otro local en Manuel Montt con Providencia, donde nunca he probado la mano del maestro, con aún mas sillas en la vereda. Deben ser tan buenas como éstas, pero tiene, o tenía, una mesera rubia muy guapa que es lo mejor del paisaje por esos lugares. Algún día me dejaré caer.
Tienen web y les recomiendo que la consideren si se da el caso y andan por acá por el barrio, para mi último cumpleaños hicieron furor. Si les gustan capaz que nos encontremos por ahi algún día, porque voy bien seguido.

PD: Una vez pase en la moto y les cuento que manejar una llevando una pizza puede ser mala idea, en bici es bastante mas seguro para uno y para la pizza también.

lunes, 20 de abril de 2009

La Bamba: el bajón



El primer posteo de este blog salió por azar, la verdad es que hoy corrí todo el día y almorcé recién a las 4pm, venía de lejos y dije: tate, paso a La Bamba!!!!

La Bamba es una picá de sambolos que esta en la vereda oriente de Vicuña Mackenna entre Matta e Irarrázaval, cuya principal gracia, a mi parecer, es que esta abierta hasta las 5 o 6 de la mañana los fines de semana, es decir: puro bajón.

Hagamos historia. Yo vivía por ahi por Seminario, barrio bastante desarrollado en lo que a COMER CON LA MANO respecta, en una casa muy bonita con 4 amigos, lo que supone que había bastante despeine hasta bien avanzada la noche. Pues bien, después de horas de jolgorio todos saben que las tripas piden lo suyo, y en una de esas el Lis, uno de mis roomys, sugirió ir a comerse un "As" a un sucucho que cachaba, y partimos a La Bamba. Hay que aclarar que antes este local estaba una cuadra mas al norte, específicamente al lado del pool ese rojo que esta ahi en la esquina (al que no entraría a jugar ni loco, siempre estan los mismos galletas onda piscoleándose y jugando, de la muerte) y era un quinto de lo que es ahora. El mesón daba directo a la vereda y uno comía en ella, asi a la pasada. Estamos hablando del 2002 o 2003 y la verdad es que en ésa época el "As" no era tan popular. Yo lo conocí oficialmente esa noche (lo había probado en un carrito de Rodrigo de Araya unos años antes bajo el nombre de algún tipo de dinosaurio que no recuerdo) y hasta hoy yo y mis tripas agradecemos el datito de mi amigo Lis. Cierto tripas? Cierto dicen ellas, aún contentas con el bocado de esta tarde.

Al frente estaba el Laberinto, creo que asi se llamaba, antiguo centro de tocatas punk y rock de hace algunos años, lo que aseguraba que tipo 430 o 5 am el lugar se llenaba de hambrientos personajes de aspecto alternativo junto con quienes llegaban desde diversos lugares de carrete a matar el bajón antes del merecido descanso, preferentemente con un As.

El As era algo asi como el producto estrella principalmente por su novedad, yo diría que es con todas sus letras el Italiano del Siglo XXI. Se trata de una contundente porción de carne picada (también existe la modalidad lomito) adornada con esa combinación clásica que emula los colores de la bandera patria de Italia; rojo tomate, verde palta y blanco mayo. Todo en generosas cantidades. Esta evolución del completo al italiano al as es notable, no sólo por el aporte en sabor que es obvio, sino también porque abre una completa gama de posibilidades para el pan de hot dog, que suele ser un pan suave y que a diferencia de la frica o el molde, exige un gesto técnico especial tomando éste por abajo en vez de los lados. Comerse un As con cuchillo y tenedor sería una siutiquería gigante, merecedora de la expulsión de templos de CCM como éste.



Antes atendían unas señoras muy buena onda que con el tiempo, como podrán suponer, se hicieron caras conocidas, hasta que un día aparecieron en la cuadra de al lado en un local mas grande con unos mesones de muro, esos de 1,10 mts. justo pa'l codo, ene espejos y cargado a la cerámica azul. Mantuvieron si un detalle no menor y característico de La Bamba: la gente que atiende, que ya no son esas simpáticas tías de antaño, esta sobre un pavimento unos 60 cms sobre el de los clientes. Yo creo que ahi se esconde alguna rara estrategia comercial que aún no comprendo, pero en fin, se come igual.

El As con lata de bebida sale $2200, y dan ganas de comerse mas de uno especialmente a altas horas de la noche, los precios en general andan por ahi y la atención es buena: el otro día nos preguntaron si le echaban la palta y todo eso "con cariño"... obviamente que si poh tía!!! respondimos todos.


A mi me sirve mucho especialmente cuando salimos de una tocata, pasamos a dejar los instrumentos a la sala y de ahi su merecido ágape en La Bamba, un clásico que espero no se chacree con el tiempo. Recomendable especialmente desde las 3am.