jueves, 23 de julio de 2009

Fuente Mardoqueo, la cumbre

Cuando comencé con esto del blog, muchos de los lectores comenzaron a recomendarme lugares que debían aparecer en esta lista y que eran el mejor, que cómo no lo conocía, etc.. Eso significa lo siguiente:
1. Que escriba este blog no significa que sea un sibarita y pase todo el día en la calle buscando que CCM.
2. Que era buena idea.
3. Que todos tenemos una picada preferida donde períodicamente nos vamos de bajón.
Bueno, el Mardoqueo es el primer lugar de estos al que llego gracias a un sabio consejo. Claro, los cabros son de Quinta Normal de toda la vida y se manejan como el mejor en todo lo que es Santiago Poniente. Asi que parto por los agradecimientos a Sam y Cholo, buen dato cabros.

Pero esta historia parte antes. Mi amigo de USA, Carl, estuvo viviendo en Chile hace algunos años y ahora se volvió el perla a seguir estudiando a NY. Me contó que venía a Santiago por unos meses a "investigar para su tesis" y a "ver a los amigos", pero la verdad de todo es que luego de mi tercer posteo se le empezó a hacer agua la boca y cachó que en la gran manzana no se come como en chilito y que algo tienen los gringos que todo lo transforman en plástico. Si uno se fija la buena comida callejera en dólares es la introducida por inmigrantes modernos como los mexicanos, los asiáticos o el conejo y sus maníes. Porque no me vengan con cosas, ese hotdog a capella o a lo mas con ketchup y mostaza fosforescente es una mierda!!!
De hecho, Carl me comentó antes de llegar que también venía otro amigo suyo de la costa oeste, fan del gourmet popular y que creó en LA una campaña para salvar a los "loncheros" de una ordenanza municipal que no les permitía funcionar tranquilos y entregar sus ricos tacos a los gringos locos estos. La campaña es grosa y su slogan es "carne asada is not a crime", genial.


Entonces quedamos en juntarnos cuando vinieran y celebrar algo asi como una "cumbre de las picadas" (asi en un español bien agringado), y lo hicimos. Mi apuesta fue Fuente Mardoqueo ya que Carl vivió en el Barrio Brasil, yo no lo conocía y estos gringos menos.
Lamentablemente el hombre de los tacos no puedo llegar -creo que se había quedado encerrado en la jaula del elefante del zoo- asi que fuimos los dos.

Lo primero es que si Libertad fuera de norte a sur, Mardoqueo sería un fracaso. Tiene una puerta muy piola con escazo frente en un rincon de la vereda, yo venía de la Plaza Yungay que esta una cuadra al norte y casi paso de largo. De hecho uno no sabe si es una sandwichería o un colegio...


Una vez dentro, llama la atención lo cuidado del lugar y que la cocina es toda limpia e iluminada. Se nota preocupación desde la llegada y eso es buen augurio. No es que me haya puesto mamita a estas alturas, pero he visto cocinas donde hasta el Epidemia pone cara de "mmm... no sé". Lo segundo es que no hay mesas, si no unos mesones un poco mas altos donde comes parado o en un piso tipo barra. Podríamos decir que se trata del estándar ergonométrico de CCM, que seguramente viene de la tradicional barra donde te sirven con la cocina ahi, a la vista. En fin, había bastante comensal en el lugar, poco ruido y buen olor.


En tercer lugar, pero no por eso menos llamativo, esta el detalle de tremendas colecciones colgadas en los muros. Una es de relojes antiguos y la otra, mas grande, de radios antiguas. No puedo explicarles la relación de las colecciones con los sambolos porque no la hay, es simplemente una choreza del lugar, pero no nos distraigamos, vinimos a comer.
El gringo Carl no dudó en recordar el glorioso churrasco italiano, claro que ya había adquirido algunas buenas mañas chilensis y como si fuera poco le agregó una tierna porción de queso, ídolo. Yo quise probar como andaba la mano con el chacarero mayo y ají incluida, ya que no me zampaba uno hace tiempo.
Debo decir que la carne era de primera y el pan bueno muy bueno, y que si no fuera por la falta de luz natural le pondría sobre un 6,5. Tanto Carl como yo salimos caminando despacito del local, tiesos de tanta caloría pero felices.
El servicio es rápido, te piden el nombre y se retira directo del mesón de despacho, también hay un par de meseras por ahi que vigilan que nadie tenga sed ni se mande un perro muerto y pase piola con las 4 lucas promedio del ágape. En vez de eso, a mi se me quedaron el celular y la cámara y volví como a los 15' a buscarlos. La niña de la caja hasta se acordaba de mi y me tenía todo guardado, buena onda.
Ya de vuelta a la pega pasé por la Plaza Yungay, la plaza del Roto Chileno, y pensé de nuevo en esos pobres gringos que no saben lo que es un italiano, un chaca, una chorrillana o una empanada, y que hacerle la pelea al imperialismo también es pelearle a lo desabrido y lo fome. Pensé en el roto chileno que aunque no tenga niuno siempre habrá alguien que lo invite al Mardoqueo o a cualquier picada donde triunfe el sabor, el color, la palta, el tomate y la mayo.

El capítulo de Bourdain en Chile salío hace unas semanas y le cargó el churrasco italiano -uy, tanta mayo! dijo- asi que ya que mejor se vaya a comer insectos a Cambodia o sashimi al Soho. Carl, en cambio, podrá volver a NY y contar que en Chile el pan es el mejor, que un sambolo acá es una experiencia inolvidable y que Yungay es mas sabroso que Wall Street.

2 comentarios:

  1. Wena crónica callejera, compadre...
    salud!!
    CDUMAY

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  2. Q tal Socio!!!
    Le recomiendo uno por si le sirve...
    La Fuente Chilena en el Omnium.... Fricandela de Wagyu es lo máximo y las empanadas están notables..
    Slds
    JM

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